Para el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por si siglas en inglés) el uso de la tecnología digital refleja y amplifica lo mejor y lo peor de la naturaleza humana.
El año pasado (2018), el gobierno de Francia suspendió el uso del celular en todas las primarias y secundarias públicas luego de percatarse que las interacciones sociales entre los niños eran cada vez menores.
La medida generó polémica entre distintos sectores de ese país, sin embargo, para el ministro de educación, Jean-Michel Blanquer, la medida fue considerada como un mensaje de salud pública para las familias: “Es bueno que los niños no estén tan a menudo, o incluso nunca, delante de una pantalla con siete años de edad”, destacó.
De acuerdo con el informe El estado mundial de la infancia 2017 realizado por la Unicef, “la rápida proliferación de la tecnología de la información y de las comunicaciones es una fuerza imparable que afecta prácticamente a todas las esferas de la vida moderna, desde las economías a las sociedades, las culturas… y a la vida cotidiana”.
El informe examina el panorama de oportunidades que ofrece el mundo digital a los infantes; sin embargo, señala que “la tecnología digital y la interactividad plantean riesgos importantes para la seguridad, la privacidad y el bienestar de los niños, aumentan las amenazas y los daños que muchos niños ya confrontan fuera de línea y hacen que los niños ya vulnerables lo sean aún más”.
En este sentido, la Facultad de Medicina de la Universidad de Yale y el California Pacific Medical Center ya advertían sobre el creciente problema por el uso de excesivo de la tecnología. En el 2009, estas dos instituciones analizaron 173 estudios sobre salud y uso de tecnología, encontrando que la media de exposición a las nuevas tecnologías en niños es de 45 horas por semana, frente a las 17 horas que pasaban sus padres y a las 30 que pasaban en ese momento los jóvenes en la escuela; 45 horas de exposición en las que se incluían diferentes aparatos tecnológicos.
El estudio llamado Media Child and Adolescent Health: A Systematic Review revela que existe una alta correlación entre la exposición a los medios y los problemas de salud de los infantes a largo plazo. Marzo-abril-mayo 2019 | 11
El “chupón electrónico”
Para el doctor Eduardo Barragán Pérez, jefe del Departamento de Neurología del HIMFG, la tecnología por sí sola no es mala, “posiblemente es el grado de supervisión lo que puede marcar la diferencia entre el uso y el abuso”, estimó.
Uno de los problemas que advierte el neurólogo pediatra es que la tecnología se está utilizando con fines de crianza: “la ocupan como una estrategia para modular conductas o para distraer al pequeño para que los papás hagan muchas cosas”.
La exposición de la tecnología en etapas muy tempranas puede generar, en algunos casos, tendencias adictivas que podría desencadenar en un fenómeno de ansiedad y tener otros abusos o adicciones, “claro que se han visto ciertos factores de vulnerabilidad para que suceda esto, como un ambiente familiar poco apropiado para el desarrollo, dificultad para la comunicación intrafamiliar, procesos de baja autoestima y escasas habilidades sociales tanto de la familia como del niño, favorecen este proceso adictivo”, enfatizó.
También puede desfasar el desarrollo del lenguaje, pues el doctor considera que el lenguaje sí necesita de una interpretación y se necesita de aprenderlo de otra persona, “la tecnología no habla, emite sonidos, pero no emite un lenguaje”.
Además de no favorecer el proceso de socialización, el uso excesivo de la tecnología incrementa de manera considerable los trastornos de sueño que generan un problema de desarrollo, crecimiento, falta atencional, sistemas de irritabilidad, cambios del estado de ánimo y humor, enfatizó el doctor Barragán.
Los daños físicos
Desde el punto de vista físico, el uso excesivo del celular o de cualquier aparato electrónico representa uno de los grandes problemas en los movimientos mecánicos del cuerpo.
El cuerpo tiene movimiento gracias a un sistema de palancas, poleas y fuerza (músculos, articulaciones, tendones, tejido blando, etcétera), las lesiones mecánicas suelen tener un error en este sistema que ocasiona diferentes tipos de lesiones que van de leves a graves, y son ocasionadas por movimientos súbitos (por una excesiva carga de peso) o por movimientos de larga duración, cortos y repetitivos; ahí es donde entran los instrumentos industriales que son los aparatos que crean vibración, pero también están los tecnológicos como el celular o la computadora que pueden generar una discapacidad.
De acuerdo con Cristian Alan Lazcano Benítez, docente de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), las lesiones más frecuentes en la estructura del cuerpo por el uso excesivo de la tecnología son las cervicales, los hombros, las muñecas y los dedos (principalmente el dedo pulgar), que a su vez generan diferentes tipos patologías como la del Text Neck, que es el nombre específico que se le dio en Estados Unidos por el uso excesivo del celular; el síndrome del túnel del carpo que ocasiona la pérdida de sensibilidad en las manos, y el síndrome de quervain que es una inflamación del tendón del pulgar que genera un dolor severo.
El profesor, quien imparte clases en la licenciatura de Fisioterapia con sede en el HIMFG, señaló que este tipo de lesiones crea un dolor incapacitante y en ocasiones se debe a que no se le pone atención en su origen, debido a que el dolor a principio es muy sutil o disminuye fácilmente. En ocasiones, dijo, llega a ser quirúrgico debido a que esas estructuras son delicadas por lo que genera complicaciones secundarias severas y permanentes.
Este tipo de lesiones mecánicas eran comunes en personas de 40 a 60 años, sin embargo, ahora se están presentando en niños de 12 a 15 años e inclusive las patologías como quervain se presentan en adolescentes de apenas 20 años; además que el sedentarismo por el uso excesivo de la tecnología es otro de los aspectos que tienen repercusiones porque afecta la calidad ósea, genera tensión muscular, limita el movimiento y el aprendizaje motor y crea malas posturas, puntualizó.